Capítulo 2: ¿Quién será mi pareja?
El recreo acabó. Subí las escaleras de regreso a clase. Estaba pensativa después de lo que había
pasado, no sabía que hacer o decirle a Manuel cuando lo vea, en ese momento
pase por su salón y lo vi parado en la puerta, estaba triste, se notaba en su mirada, pero no me
dijo nada y yo tampoco fui capaz de hacerlo, fue ahí cuando extrañe su bonita
sonrisa, con la que siempre me saludaba y veía todos los días.
A la hora de salida no lo vi, al parecer se había ido antes, y pensé tal
vez que ya no me volvería a hablar o fastidiar como solía hacerlo. De repente
pensaría que nunca me fijaría
en él o que me gustaba Juan. No lo sé, tantas cosas se me venían a la cabeza.
Toda la tarde estuve pensando en lo que él estaría pensando o sintiendo, lo cual era raro
en mí, antes de conocerlo no me preocupaba tanto por lo que alguien piense de
mí, antes yo solo pensaba en jugar, en sacar buenas notas, y salir con mis
amigas, es verdad que a veces me gustaba observar a Juan porque me gustaba
físicamente, pero era distinto a lo que me pasaba con Manuel, con él yo me
sentía bien, quizás al principio me incomodaba un poco, pero luego poco a poco me gustaba su
compañía, su forma de ser, era caballeroso conmigo. Muchas veces él, camino a
casa, me ayudaba a cargar mi mochila, me invitaba canchita con ají y mostaza o sino mambito de chocolate (mi
preferido, lo vendía una señora en la puerta del colegio); además, se llevaba muy bien con mi hermanito,
por eso y más me preocupaba lo que pasaba.
Al día siguiente, paso algo que me sorprendió y, a la misma vez, me alegro mucho. Nos tocaba educación física y la
profesora nos comunicó que en un par de semanas iba a haber un concurso de danza en el colegio, así que necesitaba que todos o la
mayoría participe, nos iban a juntar con los alumnos del sexto A porque íbamos a competir contra el turno tarde, entonces los
del A empezaron a bajar junto con nosotros al patio de deportes, ahí vi a
Manuel, ya no estaba como ayer, sino lo vi más animoso y cuando me vio sonrió,
eso me alegro y comprendí que seguro ayer estuvo así por el mal momento que
paso cuando mi amiga le dijo eso.
Nos pusimos en filas de hombres y
mujeres, Manuel rápidamente se puso al lado mío, y me dijo: Yo quiero ser tu
pareja de baile, ¿puedo?, me sonroje, no sabía que responderle, cuando en eso
viene Juan y dice: No, yo quiero ser tu pareja, a lo que Manuel algo incómodo
contesto, pero yo le dije primero, y Juan fastidiado dijo: ella es mi mejor
amiga y me elegirá, y así
empezó la discusión de los dos, yo no sabía que hacer todos estaban mirando,
algunos se reían, mi mejor amiga se me acercó y me dijo: Se están peleando por ti,
que romántico, ahora ¿que harás? ¿a quién elegirás? Yo solo le dije: no sé, solo quiero que dejen de discutir, esto es vergonzoso para mí, en eso la
profesora toca su silbato y se acerca a los dos preguntando: que pasa aquí, y
uno de mis compañeros dice: se están peleando por Mariana, los dos quieren ser
su pareja, entonces la profesora dijo: bueno ninguno será pareja de ella,
porque yo los agrupare y yo decidiré quien bailara con quien, así que formen
filas de nuevo y no hagan desorden o los sancionare, y todos se reorganizaron
de nuevo, me toco con otro chico del A que no
conocía, y a Manuel le toco con una de mis compañeras, que se llamaba Sami,
aunque él no estaba contento.
Cuando terminó la clase, nos fuimos juntos a nuestras
casas, en el camino me empezó a decir: me hubiera gustado ser tu pareja, que
mala suerte. Yo le dije: pero la profesora ya eligió, que se puede hacer, ya habrá otra oportunidad y tal vez nos toque juntos... sí, eso espero -dijo él ya más contento- y agregó: parece que tengo un rival ¡ja ja ja! A lo que yo le dije: Juan es mi mejor
amigo, lo conozco desde primer grado, él es muy bueno, me gustaría que se lleven bien y que
no estén peleando por cosas como estas.
El me dijo: Es que tú eres linda, por eso a veces me
pongo celoso, pero no te preocupes a mí no me gusta pelear ni discutir con
nadie. A lo que yo avergonzada
y riéndome le dije: siempre me haces reír por eso me caes bien y te soporto,
mejor ya camina más rápido que llegaremos tarde a casa y ya tengo hambre.
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