"EL AMOR: Lo conocí en sexto"
Autora:
Melissa S. Chirinos
Personajes:
- Mariana (Protagonista)
- Manuel (Coprotagonista)
- Juan
(Mejor amigo de Mariana)
- Tatiana (Mejor amiga de Mariana)
- Samy (Amiga de Mariana)
Capitulo 1: El alumno nuevo
Esta historia ocurrió a inicios del año 2005, trata sobre uno de los
recuerdos más preciados de Mariana, una niña limeña de diez años.
Todo empezó durante la primera semana de abril, en pleno otoño, las clases iniciaron y los niños se preparaban para un
nuevo año escolar. Mariana iba llegando a su colegio como siempre, con esa emoción del primer día, aunque
a la vez un poco triste porque sería su último año de primaria, pero la
felicidad era más fuerte, volver a ver a sus amigos después de las vacaciones y
tener tanto de que hablar sobre todo con
su mejor amiga que, por casualidades de la vida, apareció a lo lejos, ambas se
abrazaron y saludaron, se habían extrañado y eso se notaba, eran inseparables. Ellas entraron juntas al colegio conversando
y riendo, cuando de pronto ¡BUMMP! una pelota casi le cae en el rostro a
Mariana, ¿quiénes eran los que
habían lanzado la pelota? Pues como siempre eran sus compañeros que estaban jugando partido en el otro salón, los del ahora sexto A,
pero en ese momento alguien dijo a lo lejos ¡lo siento!, mientras Mariana aún
impactada por lo sucedido y a la vez aliviada de que no le cayera la pelota, le
dijo a Tatiana: ¿quien es ese chico? no lo había visto antes... será un alumno nuevo del sexto A. En ese momento, alguien se acercó muy rápido hacia ellas, era el mismo chico que pidió
disculpas antes, ¡Hola chicas! - fue lo primero que dijo - y especialmente mirando a Mariana pidió disculpas nuevamente por uno de
sus compañeros que había sido el responsable del aquél incidente, ella le respondió no te
preocupes, pero dile que tenga más cuidado a la próxima, mientras Tatiana dijo:
sí tengan más cuidado y ya vámonos Mariana que el profesor ya debe estar en el
salón, todos ya están subiendo al aula, en ese momento, el chico aún
desconocido para ellas, dijo fue un gusto conocerlas aunque sea de esta forma y
con una sonrisa se fue a su aula que dicho sea de paso estaba al lado del de
ellas.
Bueno ya es hora de dejar que Mariana
misma narre su historia.
Luego de ese día, cada vez que salía al
recreo, él (el alumno nuevo del sexto A) me miraba, lo podía percibir, aun no
sabía su nombre y porqué siempre andaba mirándome, a veces con disimulo y otras
no, pero no tardé mucho en saber su nombre, se llamaba Manuel, era trigueño, delgado,
talla promedio y con un dejo particular, antes de conocerlo andaba ilusionada
con mi mejor amigo, era el más lindo del salón, se llamaba Juan, lo conocía desde primer grado y
siempre jugaba con él, incluso nos fastidiaban, todos me decían que yo le
gustaba y lo mismo le decían a él de mí, y pues no iba a negar que eso era
verdad, pero yo era
demasiado tímida como para aceptarlo, además él tenía muchas niñas (digo niñas
porque yo me sentía mayor por estar en sexto, las demás estaban en grados
menores) que querían estar con él, así que decidí aceptar que siempre sería solo mi mejor amigo, era mejor así.
Pero todo cambio cuando conocí a Manuel, con él fue diferente, ahí descubrí la diferencia entre un
gusto físico y algo más; sin pensarlo, ya éramos amigos, es que era imposible
para mí no ser su amiga porque siempre andaba siguiéndome a todas partes, sabía
todo de mí, incluso desde antes que yo supiera su nombre él ya había averiguado
como me llamaba, donde vivía, mi edad y todo.
Por cosas del destino, él vivía a una cuadra de mi casa, en
la casa de otro de mis amigos, pues era su familiar, había llegado recién este
año de Pucallpa, es por eso que no lo había visto antes por mi barrio, casi
todos los días nos íbamos “juntos” (en realidad yo me regresaba con mi
hermanito que estaba en primer grado, pero él siempre me esperaba o me seguía
para irnos juntos) de regreso a casa y, bueno, era agradable su compañía lo acepto,
tal vez en un primer momento me incomodaba, pero luego me fui acostumbrando a
él y a sus ocurrencias.
Fui escolta de mi colegio y él también,
fue eso lo que me unió aún más a él porque practicábamos la marcha después de clase, así lo fui
conociendo más y descubrí que era un chico muy alegre, divertido, amigable,
responsable, sincero y sobre todo romántico.
Recuerdo que todos los
compañeros de mi salón estábamos jugando a las chapadas, como era costumbre, los chicos chapaban a las chicas y las
encerraban en un “calabozo” (que era un pequeño lugar que estaba al lado de la
puerta principal del colegio), allí siempre debía haber alguien que cuide
para que las prisioneras (nosotras) no nos escapemos, aunque luego se cambiaron
las reglas del juego, el punto es que ese día Manuel quiso jugar con nosotros,
pero mis amigos no quisieron porque él pertenecía al sexto A y había rivalidad
entre los chicos con su salón (típicos niños celosos), pero finalmente no sé
cómo pero lo aceptaron para jugar, el juego empezó, todas empezamos a correr, y
él, que era rápido, andaba persiguiéndome solo a mí,
teniendo oportunidad de perseguir a cualquier otra chica que estaba más cerca, solo me buscaba a mí. Creo que por andar pensando en porque
solo me perseguía a mí, me capturo rápido, fui la primera en ser capturada ¡qué vergüenza! Él me cogió la mano y eso me avergonzó un
poco, no sé por qué, me había
sonrojado, lo podía sentir.
Al llegar al “calabozo”, le dijo a mi
compañero, quien estaba vigilándonos, que se fuera y que ahora él se quedaría a cuidarnos, eso me sorprendió y me puso nerviosa,
mi compañero se fue y me quede allí sola con él, no sabía que hacer, Manuel solo me miraba y se estaba
acercando a mí, nos dimos vueltas y vueltas, no quería que me vea a la cara estaba
roja y muy nerviosa, sentía que mi corazón latía fuerte mientras lo veía más
cerca de mí, nunca antes me había pasado eso, hasta ese momento yo aún no sabía
que ya me gustaba, él me dijo: porque te corres no te voy a hacer nada solo
quiero decirte algo y justo en ese momento viene corriendo mi amiga Mary (ella era más ruda
y de carácter, lo opuesto a mi) y al verme con él se acercó directo a él y le
dijo: oye ya deja de fastidiar a Mariana, siempre andas tras ella
persiguiéndola y molestándola, no ves que a ella no le gustas, a ella le
gusta Juan, jamás se fijaría en alguien como tú, eso me dolió incluso más a mí,
Manuel se fue corriendo a su salón sin decir nada, yo solo atiné a decir: Mary porque le has dicho eso si es
mentira, yo nunca dije eso; además, Juan es mi mejor amigo. A lo que ella respondió: es que tú pues, te quedas callada cuando él te
fastidia, no tienes carácter, si sigues así siempre estará fastidiándote, pero
lo que Mary no sabía... era que en realidad a mí me gustaba que él me fastidie y que esté siempre a mi lado, solo que yo, por mi timidez y por pensar en el que
dirán, solo me quedaba callada.
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